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Saturday, May 14, 2011

Los 25 mates ofrecidos al maestro de Manuelita Rosas

Manuelita Rosas, pintada por Prilidiano Pueyrredón. Wikipedia.org

Buscando unas fotos de la estancia Los Carrillos de Juan Manuel de Rosas, encontré esta página llamada La Gazeta Federal Confederación Argentina, que, entre recortes históricos, reproduce anécdotas, historias argentinas, muy simpáticas, de los comienzos argentinos. Entre ellas, reproduzco la de los 25 mates ofrecidos por Rosas al maestro de música de su hija Manuelita, las referencias están en el link debajo:

Juan Manuel de Rosas. Wikipedia.org

Cuenta Gabriel Carrasco, hijo de Eudoro Carrasco, empleado de la Secretaría de Rosas, una anécdota que recoge de su padre y que se refiere al Profesor de música de Manuelita Rosas (le enseñaba piano).
En una circunstancia, don Juan Manuel de Rosas trabó conversación con el Profesor, requiriéndole información sobre los adelantos de Manuelita en sus clases de música, originándose una prolongada conversación con el docente domiciliario...
Rosas, que siempre estaba asistido por una ordenanza que le cebaba mate, invitó al maestro de música, que aunque era poco aficionado a la criolla infusión, aceptó el ofrecimiento que venía de tan alta investidura. Mientras Rosas conversaba animadamente, el mate circulaba sin interrupción entre ambos protagonistas, hasta que en el sexto mate, el maestro, satisfecho, dio gracias al ordenanza.
Cuando Rosas recibe en forma seguida su mate se da cuenta que el maestro lo había abandonado, por lo que le advirtió que no quedaba bien tomar mate sólo, sino con alternancias, por lo que lo invitaba a seguir acompañándolo. El maestro, sin ningún entusiasmo, reanudó la ronda de mates con Rosas que era un gran tomador do esa infusión. Cuando se llegó a los quince mates el maestro estaba más que saturado y próximo a descomponerse, por lo que hizo señales al cebador en un sentido negativo. Rosas, advertido le manifestó que el mate estaba riquísimo y que sería una picardía el dejarlo, más aún, sería casi como una ofensa si lo dejaba sólo con el mate. Estas últimas expresiones, al parecer sonaron muy graves ya que el maestro resignado tuvo que seguir tomando mate.
El pobre hombre estaba hinchado, descompuesto, opilado como se dice, y entre la animada conversación de Rosas y sus miradas imperativas, siguió tomando hasta que Rosas, llamado por sus tareas políticas y administrativas tuvo que retirarse, situación que el maestro totalmente descompuesto aprovechó para retirarse de la casona de Palermo, llegando a su casa en estado deplorable.
A los pocos días, le llega de Palermo un sobre con una carta de Rosas en la que lo felicita por los progresos registrados por Manuelita en el piano, y también había dentro del sobre otro envoltorio; al abrir este último, encuentra veinticinco mil pesos y una nota que decía: “Van mil pesos por cada mate”, una pequeña fortuna. Dicen que el maestro golpeó fuertemente el pie contra el piso y exclamó: “¡Haberme tomado treinta mates!”, olvidando la descompostura de las vísperas.

Manuelita Rosas, ya anciana. Imagen de google images

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