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Tuesday, May 17, 2011

El sentimiento de libertad



El texto que reproduzco debajo es parte de un artículo escrito por Mori Ponsowy para La Nación Revista, cofundadora de la revista literaria “La mujerde mi vida”. Su última novela, Abundancia, ganó el Premio Internacional de Novela Letra Sur 2010.

...¨los deterministas piensan que el futuro está escrito de antemano y que nuestra libertad es tan inexistente como la de una ameba; los indeterministas, en cambio, niegan el destino y afirman que somos libres de tejer la trama de la vida a nuestro antojo.
En las últimas décadas la ciencia ha arrojado leña al fuego. Los descubrimientos más recientes en el campo de la neurobiología parecen indicar que tenemos mucho menos poder de decisión del que nos parece. Algunos científicos afirman que nuestra conciencia es como un mono que galopa montado sobre un tigre: el tigre representa nuestro inconsciente y el mono, nuestra conciencia, empecinada en inventar historias para convencerse de que es ella quien controla la situación.
Mark Halett, un investigador del National Institute of Neurological Disorders, en EE.UU., afirmó: "El libre albedrío existe, pero es tan sólo una percepción. Sentimos que somos libres. Pero cuanto más se analiza el tema, más seguros estamos de que la libertad es un espejismo". En esa misma onda, el filósofo Michael Silberstein escribió: "Somos tan responsables de nuestros actos como puede serlo un asteroide o un planeta". Pero la crítica más dura al libre albedrío es la que ha hecho Daniel Wegner, un psicólogo de Harvard que afirma que nuestra voluntad es una sensación que surge con posterioridad a los hechos. En otras palabras: no decidimos libremente actuar de una manera determinada, sino que nuestros actos ocurren independientemente de nuestra voluntad. En su libro La ilusión de una voluntad consciente, Wegner da evidencias de que primero actuamos y sólo después tenemos la sensación de que hemos decidido hacer lo que acabamos de hacer. Así, la idea de nuestra libertad sería una ilusión creada por nuestro cerebro, pero sin fundamento real.
Los deterministas siempre han provocado enojo e incomodidad, no sólo porque su postura atenta contra una de nuestras convicciones más profundas, sino porque parecería que si aceptamos que no somos libres todo nuestro sistema moral se cae por la borda. En efecto, si no decidimos qué hacer, sino que nuestros actos ocurren a pesar nuestro, nadie es responsable de nada y la Madre Teresa es tan merecedora de elogio o de repudio como Stalin.¨
Lea una entrevista a Mori Ponsowy:

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